En mi post ¡Sí al cambio! del 26 de marzo, mencioné entre las técnicas de decorado de muebles el esténcil, aclarando que no lo había probado pero que tenía un proyecto que lo involucraba. He aquí mi proyecto terminado.
Usé la técnica de esténcil para imprimir la tela de esta silla y darle un nuevo look. Para acompañar el cambio de tapizado le saqué el barniz oscuro que tenía y lo reemplacé por un impregnante natural que protege la madera, pero la deja clara. Para acentuar más el paso de los años, dejé que el barniz oscuro quedara en algunos lugares, especialmente donde había golpes.
Los que hayan hecho laboratorio fotográfico (del de antes) van a encontrar ciertas similitudes entre esta técnica y hacer contactos. El esténcil puesto sobre la tela es como el negativo puesto sobre un papel fotosensible. La pintura es como la luz de la ampliadora, y la sensación al remover el esténcil es muy parecida a la de poner el papel en la cubeta con revelador y ver aparecer la imagen. Soy fanática de la fotografía digital, más de lo que fui de la de rollo, pero reconozco que perdimos ese momento de expectativa y de revelación que era uno de los grandes placeres del laboratorio.
Según lo que leí, el que yo usé es el que se conoce como esténcil inverso… ¿será porque soy zurda? Les explico: en vez de calar una imagen en un papel o plástico, el esténcil inverso usa una imagen recortada, que se apoya o pega sobre la superficie a decorar, y se pinta alrededor. La imagen, entonces, es lo que queda sin pintar.
Antes de que me atribuyan créditos, les cuento que el esténcil lo hice con templates de un libro de Lena Corwin, “Printing by Hand”. Afortunadamente para Ustedes, encontré el tutorial con los templates en Etsy, así que acá les doy el link por si les interesa probarlo. La autora usa los templates en una cajonera de madera, pero yo los quise usar en esta silla de director que tenía archivada hace años. Por ser una técnica nueva les voy a mostrar algunas fotos del proceso y les voy a explicar los pasos que seguí a ver si logro que alguno se anime a intentarlo. No quiero escuchar “Por acá no tiran nada” ni “No tengo una silla así”, porque esta técnica se puede aplicar a muebles, cajas, géneros, latas, tapas de inodoro, etc., etc., etc.
Mi única recomendación, si lo van a aplicar en géneros que quieran lavar (como fundas de almohadones, manteles, etc.), es que usen pintura para tela. Pueden usar un rodillo para evitar que los stickers se despeguen con el pincel.
Los ingredientes:
1 Silla de director
Papel y lápiz
50 cm de contact (papel vinílico adhesivo)
½ lata de pintura en aerosol de un color que contraste con el género
200cc de impregnante natural para pintar la silla
Muchos clavitos de tapicería
El proceso:
Paso 1: Le saqué el género a la silla de director, sirviéndome de un alicate (todas las pinzas tienen nombre, a no confundir).
Paso 2: Lavé el género, que estaba bastante manchado.
Paso 3, 4 y 5: Corté las figuras en papel, los tracé en el reverso del contact (papel vinílico adhesivo) y corté el contact. Con esto logré que las figuras sean como stickers.
Paso 6: Pegué los stickers en el género limpio, tratando de hacer una composición agradable (cosa que me cuesta).
Paso 7: Pinté los géneros con aerosol satinado Painter’s Touch color “Moss Green” (Le dí 2 manos).
Paso 8: Cuando la pintura estuvo bien seca, despegué los stickers.
Paso 9: Lijé la silla con lijadora eléctrica y esponjitas lijadoras.
Paso 10: Pinté la silla con impregnante (Wood Stain, que allá en Argentina es Cetol o similar) sin color.
Paso 11: Clavé los géneros del asiento y el respaldo a la silla, usando clavos de tapicería (esos negritos chiquitos muy filosos).
Si alguien llegó hasta acá, ¡gracias por el aguante! Jaja! Sí, ya se, son 11 pasos. Pero los pueden hacer en 11 días distintos, espaciados en 11 semanas, y van a ver que no es taaanto trabajo.
¡Espero que les haya gustado!